Manuel Cepeda Peraza (1828-1869)
Manuel Cepeda Peraza nació el 19 de enero de 1828 en Mérida, Yucatán. Sus padres fueron don Andrés Cepeda y doña Narcisa Peraza. Creció y estudió en la ciudad de Mérida, vivió 41 años, y más de la mitad de su vida giró en torno a la defensa del estado de Yucatán, por lo cual ha sido denominado como yucateco ilustre.
En 1847, es decir a sus escasos 19 años obtuvo el grado de subteniente, en 1846 se desempeñó como teniente, al siguiente año, 1847, fue nombrado capitán, en 1848 alcanzó el grado de mayor, en 1849, teniente coronel y en 1851, a sus 23 años fue nombrado coronel de Tihosuco.
Sus grandes hazañas militares las inició en el oriente del estado de Yucatán, durante el movimiento social de 1847, también llamada “Guerra de Castas”. Asimismo 1857 luchó junto a Benito Juárez, Melchor Ocampo, entre otros libertadores para el restablecimiento de la República. Combatió fervientemente para la derrota de los imperialistas.
Como gobernador del estado en 1867, Cepeda Peraza se desempeñó como promotor incansable de la educación y la cultura, prueba de ello fue la creación del Instituto Literario del Estado (1867); la Biblioteca Central, que hoy lleva su nombre; el Museo de Arqueología e Historia; el Instituto de Niñas, la Casa Correccional y la Academia de Música. Instituciones que sentaron las bases de la Universidad Nacional del Sureste, hoy nuestra Universidad Autónoma de Yucatán.
Una de las escuelas que formó parte del Instituto Literario, que posteriormente se independizó fue la Escuela Normal de Profesores, creada en 1968 y que en 1870 dio origen a la Escuela de Instrucción Primaria Inferior y Superior.
Cepeda Peraza fue un hombre visionario que luchó por su patria más allá de las fronteras, sus ideales traspasaron las fronteras regionales, pues a sus 41 años ya había perpetrado grandes luchas para libertar a su patria.
Manuel Cepeda Peraza muere el 3 de marzo de 1869 estando en funciones como gobernador de Yucatán. Por su incansable labor militar, educativa y cultural el Congreso del Estado lo declaró “Benemérito del Estado”; y múltiples recintos: escuelas y bibliotecas llevan el nombre del prócer yucateco.