Jessica Saidén (política)

Jessica Saidén Quiroz es una política meridana, licenciada y maestra en Derecho, que entre otros cargos ha estado al frente del Consejo Estatal de Población (Coespo).

Sin embargo, en la política es más conocida porque en 2015 hizo algo que no había ocurrido en 80 años en Progreso: que el PRI se convirtiera por primera vez en oposición.

Contendió para la alcaldía de ese puerto porque radicaba en ese lugar, al estar casada con el empresario Juan Mauricio Zacarías Pardío, hijo del prominente empresario pesquero Juan Zacarías Dib.

Entre sus cargos políticos más importantes se encuentran la Secretaría de Gestión Social en el PRI Estatal, Subdirectora de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de Mérida y Subsecretaria de Prevención y Seguridad Pública del Gobierno del Estado.

La derrota de Jessica en el puerto fue atribuida por algunos al capricho de convertirse en candidata del PRI por el puerto a pesar de que carecía de arraigo, aunque otros aseguran que se debió a la ‘traición’ de prominentes priístas del puerto, lo que permitieron que ganara el candidato de Nueva Alianza..

Jéssica Saidén carecía de trabajo político en Progreso, y aunque aseguraba que tenía residencia de seis años en el puerto, la realidad es que pasaba más tiempo en Mérida donde era directora del Consejo Estatal de Población (Coespo).

Su ingenuidad política le hizo suponer que bastaría con dejarse mostrar unos meses antes, fotografiándose con vecinos de la ciénaga y otras zonas populares de Progreso, para ganarse la confianza de los ciudadanos.

Muy tarde se enteró, la noche del domingo 7 de junio, día de las elecciones, que para los progreseños siempre fue la meridana que intentó ser presidenta municipal del puerto, hecho alentado por sus propios adversarios priístas.

Tras su derrota, ella reveló que además de numerosas anomalías en el cómputo electoral, también hubo una operación de traición de grupos de priistas en su contra.

Indicó que los traidores fueron el ex alcalde Jose Luis Blanco Pajón, la esposa de éste, en ese entonces la diputada federal Maricarmen Ordaz Martínez; el titular del Cobay, Porfirio Trejo Zozaya; el ex alcalde y director de Cultur, Enrique Magadan Villamil, la esposa de éste, Maria Ester Alonzo Morales así como su hermano el empresario gasolinero, transportista y pesquero Luis Alonzo Morales, quienes promovieron y financiaron el «voto cruzado» por su enojo por la apertura de nuevas gasolineras en Progreso y por mantener su poder de acuerdo a sus intereses particulares y sin velar por los intereses de Progreso.

Después del sonado fracaso, se ausentó unos meses de la política hasta que reapareció como delegado del Conafe y luego fue designada secretaria general adjunta del PRI.