José Bernardo Guillén Herrera es un mago yucateco conocido con el nombre de Merlín.

Sordomudo de nacimiento, se ha abierto paso en el mundo de la prestidigitación pese a la discriminación y rechazo que sufre de los integrantes de su gremio.

Acostumbrado al mundo del silencio, su discapacidad no lo hace menos mago que otros, pero sí lo ha convertido en víctima de discriminación de muchos de sus compañeros del medio artístico.

Trabajó una temporada en el circo de Gaspar Henaine «Capulina».

Cuando no es mago se le puede ver trabajando en un taller familiar de aluminio; es un oficio que domina completamente y lo mismo puede fabricar una ventana que una puerta, un cancel, una vitrina y cualquier otro accesorio o equipo para el hogar y el comercio. El negocio hace alusión a su persona: «El mago Guillén».

El nombre artístico de Merlín no es fruto de una ocurrencia, pues el legendario mago ha sido la fuente de inspiración de José Bernardo.

Desde muy pequeño empezó a hacer trucos. Tenía como ocho o diez años y le gustaba ver espectáculos de otros magos, como Uxul y su hijo Selem.

Debutó profesionalmente en un restaurante familiar del sur de la ciudad. El éxito fue tal que durante dos años presentó su espectáculo, sábados y domingos. También trabajó en el desaparecido teatro de Héctor Herrera «Cholo».

Una visita a la ciudad de México, por cuestiones relacionadas con el trabajo del aluminio, le permitió relacionarse con otros magos e intercambiar trucos. Entre ellos estaban Chen Kai y Krotani, quienes lo ayudaron mucho y lo visitaban cuando venían a Mérida por algún motivo. (Con información de Infocirco y Diario de Yucatán)