Eligio Ancona Castillo (1835-1893)

Considerado una de las principales plumas de la literatura yucateca, Eligio Jesús Ancona Castillo fue un destacado maestro, abogado, novelista, historiador, dramaturgo, periodista y político, nacido en Mérida, Yucatán. Prohombre liberal, nombrado benemérito del estado de Yucatán. Fue gobernador de Yucatán primero como interino en 1868 y, después entre 1875 y 1876. Más tarde fue ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Nació el 30 de noviembre de 1835 y murió en la Ciudad de México, 3 de abril de 1893. Eligio Ancona fue padre del también gobernador de Yucatán y diputado constituyente de México en 1916 y 1917, Antonio Ancona Albertos y también, de manera póstuma, del matemático y periodista Joaquín Ancona Albertos. Estudió el bachillerato en la ciudad de Mérida en el Seminario Clerical de San Ildefonso. Continuó sus estudios en la Universidad Literaria del Estado y se tituló como abogado en 1862.

Fue regidor del ayuntamiento de Mérida, pero se declaró republicano y abandonó su puesto cuando comenzó el segundo imperio mexicano. Criticó el régimen de Maximiliano escribiendo y dirigiendo el periódico La Píldora, el cual fue censurado rápidamente. En 1866 realizó un segundo intento de periodismo crítico dirigiendo el órgano informativo Yucatán, pero nuevamente fue censurado, siendo en esta ocasión apresado y enviado a la isla de Cozumel.

Se unió a los grupos liberales que apoyaban el gobierno de Benito Juárez. Este, para restaurar la República en la península de Yucatán, lo nombró secretario general del gobierno y gobernador interino de Yucatán en 1868. Una vez logrado el propósito restaurador en el país, en 1875 se refrendó en el cargo de gobernador constitucional del estado de Yucatán pero al no reconocer la revolución de Tuxtepec, ni el proceder de Porfirio Díaz, decidió abandonar el puesto. No obstante, más tarde fue nombrado magistrado del Tribunal de Circuito de Yucatán. En 1891 por su experiencia como jurisperito fue designado magistrado de la Suprema Corte de Justicia. En el ocaso de su vida fue diputado al congreso federal en representación de Yucatán. Fue miembro de la Sociedad de Geografía y Estadística.

Sus obras primordialmente fueron novelas históricas, entre ellas se encuentran: La mestiza (1861), La cruz y la espada (1864), El filibustero (1864), Los mártires del Anáhuac (1870), El Conde de Peñalva (1879), Historia de Yucatán: desde la época más remota hasta nuestros días. (1878-1880, en cuatro volúmenes), Memorias de un alférez (1904, editada de forma póstuma).

Dos años después de su muerte, la Legislatura de Yucatán lo declaró Benemérito del Estado y acordó colocar su nombre en letras de oro en uno de los muros del salón de sesiones del Congreso. Sus restos mortales fueron exhumados y trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres el 13 de abril de 1903.

En 1947 el gobierno de Yucatán convocó a un concurso con motivo de la celebración del primer centenario del inicio de la Guerra de Castas, destinado a premiar un trabajo que mejor describiera este cruento episodio de la historia de Yucatán. A tal premio se le dio el nombre de Eligio Ancona. Más tarde, en 1960, el propio gobierno yucateco, instituyó la Medalla Eligio Ancona para ser conferida a un yucateco por nacimiento, independientemente del lugar de su domicilio, distinguido en las artes, las ciencias y la cultura en general.

Fuente: Casa de la Historia