Víctor Cervera Pacheco (ex gobernador)
Victor Manuel Cervera Pacheco, nació en Dzemul el 23 de abril de 1936, y desde joven dejó de manifiesto su vocación política, pues fue presidente de la Federación Estudiantil Yucateca.
Conocido con el sobrenombre de “El Balo”, gobernó el estado durante 10 años: de 1984 a 1988 como interino, ante la salida por licencia de Graciliano Alpuche Pinzón, y de 1995 a 2001 como Gobernador Constitucional, tras vencer en las elecciones.
En el período intermedio fue secretario de la Reforma Agraria del gobierno federal, de 1988 a 1994, puesto que desempeñó con grandes beneficios para el campo mexicano y su gente.
Alpuche Pinzón dejó la gubernatura ante su incapacidad para hacer frente a los estragos que el ocaso de la industria henequenera estaba causando en la economía yucateca; el hombre elegido para sucederlo fue Cervera.
Durante esos cuatro años de mandato Víctor Cervera transformó la economía de la entidad al reorientar la producción; impulsó la industria maquiladora, generando empleos en gran medida, además de que gestionó la ampliación del puerto de altura en Progreso; es por eso que hoy se le conoce como “Isla Cervera”.
Es en 1995 cuando regresa como candidato a gobernador de Yucatán, y el 26 de mayo de ese año obtiene la victoria en las urnas.
Sin embargo, su carrera en puestos públicos había empezado mucho antes, pues en 1970, contando con tan solo 34 años se convierte en alcalde de Mérida. Ese sería sólo el inicio de tda una trayectoria política. Fue dos veces diputado local, también dos veces diputado federal, senador de la República, presidente de la Confederación Nacional Campesina, y todo antes de cumplir 48 años, edad en la que se convierte por primera vez en gobernador.
En el sexenio 1995-2001 tuvo que hacer frente a la devaluación del peso y la consecuente crisis económica nacional, la cual sorteó con bastante éxito; para contrarrestarla promovió programas sociales orientados a fortalecer la economía de las familias más desprotegidas; de igual manera gestionó proyectos de mucha mayor envergadura e impacto, como el gasoducto Ciudad Pemex-Tabasco, la central termoeléctrica Mérida III, el aeropuerto internacional de Kaua, la ampliación del puerto de altura de Progreso y la construcción del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI.
Señalado como un hombre de gran inteligencia y fuerte carácter, tiene como descendientes a Amira, Pilar, Felipe y Víctor, estos últimos también dedicados a la política. Su viuda es Amira Hernández Guerra.
Referente obligado en la política local, es sin duda uno de los yucatecos más influyentes de los últimos 50 años.