Ricardo Palmerín (músico y compositor)

Nació el 3 de Abril de 1887 en Tekax, Yucatán. Falleció en la Ciudad de México el 30 de Enero de 1944. Hijo de Bencabé Palmerín Hernández, Capitán del ejército, y Feliciana Pavia Herrera. Vivió en Tekax hasta 1897, luego en Mérida y después en la ciudad de México posiblemente hasta 1922, para trasladarse a Mérida, donde radicó hasta 1935, para volver a México, D.F., donde permaneció el resto de su vida.

Debió estudiar hasta el bachillerato, puesto que inició el primer año de medicina, pero pronto abandonó los estudios para dedicarse de lleno a la música. Su carrera como compositor debió comenzarla en Mérida, Yucatán. Su primera obra «Hay una Virgen», la compuso cuando sólo tenía catorce años. No tuvo estudios musicales, pero en forma autodidacta estudió guitarra y varios instrumentos musicales, aunque no sabía escribir por nota.

En México, D.F., fue inspector de espectáculos y trabajo en la Secretaría de Comunicaciones. Dio clases de guitarra casi toda su vida, hasta poco antes de morir. Era de carácter afable, simpático y muy amistoso, por eso sus amigos lo apreciaban mucho. Con su esposa e hijos era sumamente cariñoso, siempre fue hombre sencillo y modesto; vestía lo más correcto posible, generalmente de traje y sombrero. Gustaba de la charla amena entre amigos. Realizaba paseos por el campo y visitas a las playas a contemplar las olas y la inmensidad del mar. Escuchaba todo tipo de música, en especial la romántica.

La obra que le dió mayores satisfacciones, sin duda fue «Peregrina», por ser su canción más famosa y por haber estado ligada a una muy bonita historia romántica, el noviazgo fugaz y platónico entre el Gobernador Felipe Carrillo Puerto y la periodista norteamericana del New York Times, Alma Reed. La letra de esta canción es del poeta Rosado Vega. Y así como musicalizó a Rosado Vega, también a varios poetas yucatecos, colombianos, etc., pero siempre con letras que enaltecían la imagen de la mujer.

Son muchos los reconocimientos que recibió y sigue recibiendo en forma póstuma el gran maestro Ricardo Palmerín, entre éstos cabe destacar que se haya llamado a 1987 Año Ricardo Palmerín, en Mérida, Yucatán, y la Sociedad Artística Ricardo Palmerín, se formó para llevar sus restos a un monumento que se erigió en el Cementerio General de Mérida.

Una anécdota que deja ver su modestia y sencillez narra que cuando vivía en la ciudad de México, supo que en una fiesta, el tenor Sebastián Muñoz cantaría «Peregrina», tuvo muchos deseos de ir a escucharlo. Tomó su guitarra y se paró frente a la mansión, donde comenzaba la fiesta. Lo pasaron al confundirlo con uno de los músicos. Una vez dentro se sentó junto a los invitados. Cuando la canción fue cantada y muy aplaudida, alguien le preguntó que si el sabía quién era el autor de tan bella canción, y él se limitó a decir que un músico yucateco a quien conoció en alguna ocasión. (Fuente: Sociedad de Autores y Compositores de México)