Enrique Gottdiener Soto (escultor)

Enrique Gottdiener Soto se inició en el arte en Austria y recorrió varios países europeos enriqueciendo sus conocimientos de distintas expresiones artísticas. Radicó también en la Ciudad de México, Guadalajara, Guanajuato, Oaxaca y Yucatán, donde se desempeñó de 1964 a 1970 como el titular de la Dirección General de Bellas Artes.

Gottdiener Soto no fue yucateco, pues nació en 1909 en la Ciudad de México y fallecido en 1986 en la misma ciudad, pero dejó huella notable en Yucatán.

En el estado se cuenta con muestras notables del trabajo escultórico de Gottdiener en todo el estado, como son los bustos de Ermilo Abreu Gómez y Alfredo Barrera Vázquez en el norte; «La Mestiza», en el oriente y los bustos de Antonio Mediz Bolio y Leopoldo Peniche Vallado, en el CEBA.

Otras de sus esculturas están en espacios públicos de Sotuta, Izamal, Chichimilá, Tekax y Tixpeuál.

Otra de sus aportaciones es la educativa, que data desde sus iniciales tareas en Yucatán, como maestro integrante de las ejemplares Misiones Culturales en los años treinta.

Durante 30 años fue maestro en la Escuela Popular de Pintura y Artes Plásticas, que sería después la Dirección General de Bellas Artes.

En Yucatán desarrolló y compartió su oficio de ebanista, su arte de escultor y su trabajo como maestro de talla, de modelado y de historia. Aquí donde decidió ser lo que nadie había sido antes que él: el escultor de los mayas, del pueblo maya auténtico, el heredero de la gran cultura.

Fue un trabajador incansable que se dio a la tarea de ensayar con cuanto material tuvo a su alcance: bolas de marfil, huesos de manatí, coral negro, madera de ébano, caoba, cedro, jabín, bojón, naranjo, ciricote, chaká, bronce, oro y plata.