Consuelo Zavala (profesora)
La organización del Primer Congreso Feminista de 1916, en Mérida, corrió a cargo de Consuelo Zavala Castillo, una mujer de cuya vida privada se sabe poco, pero que su trayectoria política y profesional trascendió porque no sólo luchó por el derecho a la educación de las niñas, sino que se convirtió en “la gran formadora de maestras rurales”.
De acuerdo con los reportes del Diario Oficial de Yucatán de enero de 1916, la entonces maestra Consuelo Zavala fungió como presidenta del comité organizador del Primer Congreso Feminista en Yucatán, durante el que se discutieron los derechos de las mujeres que se habrían de reconocer un año después en la Constitución mexicana y en las normas civiles del estado.
Hoy, a 100 años de distancia de ese magno evento feminista, una escuela primaria mixta en Mérida lleva el nombre de Consuelo Zavala, así como una sala del Poder Legislativo del estado.
Cuando tenía poco más de 20 años de edad, Consuelo Zavala fue convocada por el Instituto Literario de Niñas para impartir las cátedras de Gramática Superior, Retórica y Etimología del Lenguaje, materias que hasta entonces estaban a cargo de la misma Rita Cetina.
En 1905, Zavala cumplió su proyecto personal con la primera escuela laica de entonces, llamada Escuela Elemental de Señoritas.
En 1910 y luego en 1911, con la aprobación de José María Pino Suárez como gobernador de Yucatán y con Francisco I. Madero como presidente de México, la Liga de Acción Social –en la que participaba Consuelo– consolida la formación de Escuelas Normales Rurales, que aún con el impedimento de los gobiernos anteriores ya tenían planteles en 17 haciendas.
En este proyecto, Consuelo estuvo a cargo de la formación de las maestras que impartirían clases en las escuelas rurales.
Con la llegada del socialista Salvador Alvarado al frente del gobierno de Yucatán –poco antes del Primer Congreso Feminista que se llevó a cabo con su aval–, se cerraron muchas escuelas privadas, pero se respetó a la Escuela Elemental de Señoritas de Zavala. Desde entonces, Consuelo se unió a actividades del gobierno de Alvarado.
Su padre, Francisco Zavala, fue regidor y presidente municipal; amante del espectáculo teatral, compró el teatro al que posteriormente dio el nombre del dramaturgo yucateco José Peón Contreras, el mismo gran recinto de luces destellantes y palcos altos, donde Consuelo –felicitada por su liderazgo y excelente retórica– habría de hacer historia para las mujeres, por quienes sería recordada incluso un siglo después.