Fernando Humberto de Jesús Rodríguez Rodríguez (sacerdote)
El Pbro. Fernando Humberto de Jesús Rodríguez Rodríguez fue, hasta su muerte ocurrida el 14 de noviembre de 2016, rector de la parroquia de Nuestra Señora de Santa Ana. Falleció a la edad de 92 años en esta ciudad.
Fue hijo del matrimonio formado por Alonso Rodríguez Rodríguez y Elisa Rodríguez Berzunza; era el último sobreviviente de cinco hermanos: Bertha, Elisa, Carlos y Alfonso.
El Pbro. Rodríguez Rodríguez ejerció el ministerio sacerdotal durante 67 años; el pasado 2 de abril, con una misa de sanación y alabanza, celebró el LXVII aniversario de su ordenación sacerdotal.
Hasta el 11 de diciembre de 2014 estuvo al frente de la parroquia de San José de la Montaña (39 años), donde celebró las misas de sanación, ceremonias litúrgicas muy concurridas las cuales continuaba oficiando, la última el pasado domingo en la iglesia de Santa Ana, donde era rector junto con el Pbro. Elpidio González Sosa.
Desde los 14 años su vocación fue muy clara, cuando decidió ingresar al Seminario; diez años después se ordenó, en 1949, gracias al Papa Pío XII, que en el marco de la celebración de sus bodas de oro se obsequiaron varias ordenaciones y una de ellas fue para él, a pesar de que faltaban unos días para que concluyera sus estudios en el Seminario Montezuma, en Estados Unidos.
A su regreso a Mérida fue enviado al Seminario Mayor, donde fungió como instructor de música por instrucciones del Arzobispo de Yucatán, Dr. Fernando Ruiz Solórzano, y después de ocho años como sacerdote fue enviado como capellán de hospitales; dos años después lo nombraron párroco de Maní, luego lo enviaron a Hunucmá, donde estuvo 14 años, y posteriormente a la iglesia de San José de la Montaña, donde permaneció 39 años hasta el 11 de diciembre del 2014.
Fue asesor de la Renovación Católica en el Espíritu Santo por 37 años, trabajando junto con el Pbro. Ricardo Zimbrón Levy (q.e.p.d.) y, hasta el último domingo, ofició su misa de sanación.
Cabe señalar que a donde quiera que acudía cientos de fieles lo seguían, ya sea para participar en las misas de sanación o para su renovación a través de la evangelización.